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Cultura Wari: características, ubicación, religión, resumen

Actualizado 10 noviembre, 2021

La cultura wari le debe su nombre a la que fue la gran ciudad de esta civilización, la capital homónima de esta gran cultura. Fue el centro del Imperio y se extendió por la sierra y la costa de lo que es Perú en la actualidad. Junto a los incas, es una de las dos culturas que se consideran imperiales debido al gran poder que ostentaron en sus respectivas épocas.

Los waris siempre se destacaron por ser importantes guerreros que participaron en numerosos combates, saliendo victoriosos en la mayoría. Además, destacan sus grandes centros ceremoniales y religiosos, siendo uno de los más conocidos el Pachacamac.

Características

Economía
La base económica era la agricultura y la ganadería, aunque también lograron obtener grandes recursos a causa de la guerra. No conocían la moneda ni tampoco contaban con un mercado, por lo que el estado es el que se encargaba de distribuir los recursos.

Política
La estructura política de los waris era muy compleja, ya que convivía el poder administrativo con el religioso y ambos gobernaban las poblaciones. Contaban con un dominio de carácter tanto nacional como internacional debido a su gran expansión.

Arte
Estuvo muy influenciado por la cultura Tiahuanaco, algo que se puede observar en sus objetos de cerámica, en los que se representaban a los dioses. La representación artística más importante de los waris fueron los monolitos, donde se ven figuras robustas que no portan armas ni cetros. Estos monolitos tienen como base un pedestal.

Metalurgia
Los waris sabían trabajar con el cobre, el bronce y el oro, utilizando diferentes técnicas como el laminado, forjado o martillado, entre otras. Se cree que Conchopata albergaba un gran taller metalúrgico en la época de los waris donde se han encontrado numerosos elementos realizados con bronce y oro.

Arquitectura
La ciudad principal era Wari, siendo por este motivo el lugar donde se encuentran un mayor número de edificaciones. La gran mayoría estaban fabricadas en piedra y barrio y se estructuraban dependiendo de la zona donde se encontraran (teniendo en cuenta el número de población) y la importancia gubernamental que presentaran.

Textil
Para muchos historiadores los tapices de los waris han sido los más atractivos del mundo, ya que cuentan con una gran belleza. La mayoría se elaboraron con algodón y también con lanas que procedían de camélidos.

 

Cerámica
Es una de las grandes artes de la cultura wari, siendo un aspecto muy característico. En la cerámica se podían ver figuras biomorfas en las que se incluían elementos simbólicos que se añadían ayudándose de un pincel. Los que más destacan son los dibujos mitológicos que representaban a figuras con cabeza de felinos.

Ubicación

La cultura Wari se desarrolló hacia fines del período denominado Horizonte Medio en el área de Ayacucho. Donde comenzó a desarrollarse una tradición de centros urbanos con influencia Nazca y Tiahuanaco, la cual se sobrepuso a Nazca. La cultura Wari empezó su expansión hacia el norte, sur y oeste, y en poco tiempo, la zona del Perú central estaba bajo Wari.

La cultura Wari se originó en un medio ambiente difícil: la región de ayacucho. Esta es una zona seca y árida en la que resulta muy difícil cultivar debido a los suelos pedregosos y a la escasez de agua. Todas estas características del medio donde se desarrollo son la razón de su nombre. La palabra Wari es un Vocablo quechua que significa indómito y agreste.

Para superar esta limitación, los Wari realizaron obras de canalización y drenaje y crearon andenes en las laderas de los escarpados, cerros, ampliando la superficie cultivable de modo significativo.

Los waris fueron los primeros en desarrollar la idea de “ciudad” en el área andina. Levantaron grandes complejos arquitectónicos, con enormes muros que encerraban las casas, almacenes, calles y plazas. Construyeron edificios para la administración civil y para las guarniciones militares y sus núcleos urbanos estaban organizados en barrios de artesanos, como los de ceramistas o de tejedores.

Todas las construcciones eran amplias y de un solo piso, siguiendo una arquitectura planificada, rectangular y simétrica que demostraba un alto grado de jerarquización social. Dada su enorme extensión, el estado mantenía enclaves en distintas partes de su imperio, tales como los descubiertos en los valles de Nazca o de Moquegua.

Religión

Los rasgos religiosos presentes en los Huari tienen similitud con la cultura Tiahuanaco, la cual se desarrolló entre los años 550 y 900 en el altiplano. Pues veneraban y rendían culto al Dios de los Báculos, denominado Wiracocha.
Quien era representado constantemente en sus tejidos y cerámicas. Se puede decir que su religión era sincrética, es decir, era un compendio de las creencias practicadas en Ayacucho, Nazca y Pachacamac. Por lo cual era parecida a la religión de otros pueblos.

La religión de la cultura Wari fue el resultado del sincretismo de divinidades locales, especialmente de Ayacucho, Nazca y Pachacamac. Lograron expandir el culto al Dios de las Varas.

 

Las causas de la desaparición del imperio Huari son desconocidas, pero se tienen varias teorías como una invasión, guerra civil o cambio climático. Tiuahuanaco resistió dos siglos más, pero se redujo a un pequeño reino, en su territorio original a orillas del Lago Titicaca, en donde subsistió modestamente.

Las tumbas fueron individuales o múltiples, y contenían además ofrendas humanas de infantes para servir de compañía a los individuos principales. En las tumbas se encuentran diversos elementos como prendas de vestir, enseres de las actividades a las que se dedicaron en vida, objetos de carácter ritual y alimentos.

Su religión se difundió ampliamente y el culto a Wiracocha tuvo general aceptación, tal como se acusa en la representación de su imagen y atributos en la cerámica y textiles regionales. Es de presumir que el auge de Ichma o Pachacámac, el Hacedor del Mundo costeño, que se inicia en este periodo, en parte se haya debido a su similitud con las cualidades y poderes de Wiracocha, el Creador del Universo serrano, el culto a los muertos también resulto afectado por lo Wari, pues en la costa se abandonó el tipo de entierros con el cadáver extendido sobre una angarilla y se adoptó el enfardelamiento de los muertos, sentados con el pecho apoyado en las rodillas y profundamente adornados y se les enterró en cámaras subterráneas rectangulares, de paredes de adobes y techos de barbacoa.

 

 

 

Dichos entierros se efectuaban, generalmente, en forma intrusiva en los monumentos o cementerios de la cultura Lima, como en el caso de Maranga, Nieveria y Huanchi Huallas, y menos frecuentemente en cementerios propiamente Wari, como Pachacámac.

Resumen

La cultura Wari llegó a expandirse por el sur hasta Acarí, por la costa norte hasta el valle del Santa y por la sierra hasta el callejón de Huaylas. Con la consolidación del imperio, logró extenderse desde Sicuani y la región Arequipa hasta Cajamarca por la sierra y desde Ocoña y Sihuas hasta Lambayeque por la costa.

Las evidencias reflejan una gran expansión de la cultura Wari, pero ademas, muestran que no solo se trató de una conquista militar sino más bien de un proceso de asimilación de estos pueblos a la administración de la cultura Wari y a otros patrones de su cultura, especialmente la religión y el urbanismo.

 

La cultura Wari creó instituciones administrativas, ademas de guardar una estructura jerárquica en los centros que fundaron. Contaron con almacenes, talleres artesanales y centros habitacionales.

Todo ello dentro de una organización basada en la reciprocidad con las poblaciones que asimilaron. Por eso el estado de la cultura Wari organizaba fiestas y agasajos que más tarde le permitían obtener las prestaciones de trabajo. Asimismo en tan complejo imperio, fue necesario crear un método para la contabilidad y control.
Los hallazgos arqueológicos han demostrado que los habitantes de la cultura Wari ya utilizaban un tipo de quipu y que desarrollaron una red de caminos que conectaban la capital con los centros regionales.